Los Siete Principios Herméticos
1. El principio de mentalismo
La comprensión de este principio hermético de mentalismo habilita al individuo a realizar y conocer la ley que rige el universo mental, aplicándola a su bienestar y desarrollo. Este principio encierra la verdad de que todo es mente. Todo el mundo fenomenal o universo es una creación mental del TODO en cuya mente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser.
2. El principio de correspondencia
Los antiguos hermetistas consideraban este principio como uno de los más importantes auxiliares de la mente, por cuyo intermedio se puede descorrer el velo que oculta lo desconocido a nuestra vida. Este principio encierra la verdad de que hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los fenómenos de los varios estados del ser y de la vida, y el antiquísimo axioma hermético se refiere precisamente a esto, y afirma: como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba, y la comprensión de este principio da una clave para resolver muchos de los más obscuros problemas y paradojas de los misteriosos secretos de la Naturaleza.
3. El principio de vibración
Este principio explica las diferencias entre las diversas manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente y aun del mismo espíritu, las que no son sino el resultado de los varios estados vibratorios. Este principio encierra la verdad de que todo está en movimiento, de que nada permanece inmóvil, cosas ambas que confirman por su parte la ciencia moderna, y cada nuevo descubrimiento lo verifica y comprueba.
4. El principio de polaridad
Este principio encierra la verdad de que todo es dual; todo tiene dos polos; todo su par de opuestos, afirmaciones que son de otros tantos axiomas herméticos. Este principio explica que en cada cosa hay dos polos, dos aspectos, y que los opuestos no son, en realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos.
El mismo principio opera de idéntica manera en el plano mental. La perfecta comprensión de este principio capacita para cambiar la propia polaridad.
5. El principio de ritmo
Los hermetistas han descubierto este principio, encontrándolo de aplicación universal, y han asimismo descubierto ciertos métodos para escapar a sus efectos, mediante el empleo de las fórmulas y métodos apropiados. Este principio encierra la verdad de que todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación de péndulo entre los dos polos que existen de acuerdo con el principio de polaridad, emplean para ello la ley mental de neutralización.
No pueden anular el principio o impedir que opere, pero han aprendido a eludir sus efectos hasta un cierto grado, grado que depende del dominio que se tenga de dicho principio.
6. El principio de causa y efecto
Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales se pude ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos, hasta cierto grado, y alcanzando mentalmente el plano superior se convierten en causas en vez de efectos. Este principio encierra la verdad de que todo efecto tiene su causa, y toda causa su efecto. Afirma que nada ocurre casualmente y que todo ocurre conforme a la Ley.
7. El principio de generación
Este principio creador obra siempre en el sentido de generar, regenerar y crear. En el mundo físico este principio se manifiesta como sexo, y en los planos superiores toma formas más elevadas, pero el principio subsiste siempre el mismo. Cada ser contiene en sí mismo los dos elementos de este principio.
Trasmutación Mental
Los hermetistas fueron los verdaderos creadores de la alquimia, de la astrología y la sicología, habiendo sido Hermes el fundador de esas escuelas de pensamiento. La transmutación alquímica en el plano mental es tan importante en sus efectos que de ser conocida sería uno de los estudios más importantes para el hombre. El axioma de que el TODO es mental, es el principio que en realidad, es la base de toda la Filosofía Hermética y del arte hermético de transmutación mental.
El Todo
El hombre al considerar y examinar el universo, del cual es una unidad, no ve otra cosa que un cambio continuo en la materia, en las fuerzas en los estados mentales. Nada permanece: todo nace, crece, muere; tan pronto como una cosa ha adquirido su máximo desarrollo empieza a declinar; la ley del ritmo está en constante operación; no hay realidades, nada firme, nada duradero, fijo o substancial, nada permanente, todo es cambio. Los hombres han dado a esta realidad substancial muchos nombres: algunos la han denominado “Dios”, otros “Divinidad Infinita” y “Eterna Energía”, pero todos han reconocido su existencia. Es evidente por sí misma. No necesita argumentos.
El TODO es mente viviente e infinita, los iluminados lo llaman Espíritu.
El Universo Mental
Pero como algo no puede venir de nada, nos encontramos con que el principio de correspondencia puede aplicarse a esto lo mismo que a cualquier otro problema se puede pensar justificadamente que el TODO crea el Universo mentalmente, de una manera parecida al proceso mediante el cual el hombre crea sus imágenes mentales. En esta descripción coinciden tanto el dictamen dado por la razón como el de las almas iluminadas, según se puede encontrar en sus escritos o en sus enseñanzas.
La Paradoja Divina
Lo que los hermetistas conocen como Ley de la paradoja es un aspecto del principio de polaridad. Desde el punto de vista absoluto nada hay real excepto el TODO. Las enseñanzas herméticas no predican la insubstancialidad del Universo en términos más fuertes que los que los son más familiares, aunque la exposición del asunto pueda pareceros algo más contundente. Todo cuanto tenga un principio y un fin, en cierto sentido debe ser irreal e ilusorio, y el Universo se encuentra en este caso, sea cual sea el sistema de las escuelas de pensamiento. Las verdades absolutas han sido definidas como las cosas, tal como las conoce y las ve la mente de Dios, mientras que las verdades relativas son las cosas tal como la más elevada razón del hombre las comprende. Las leyes del Universo no dejan de ser “leyes de hierro” porque sean de naturaleza mental. Todos excepto el TODO, están sujetos a ellas. Lo que está en la infinita mente del TODO es real, sólo un grado menos que la realidad misma que constituye la naturaleza del TODO. Las leyes de la naturaleza tampoco se hacen menos constantes o efectivas por el hecho de que las conozcamos y sepamos que son simples creaciones mentales. Obran plenamente en todos los planos. Y nos libertamos de las leyes inferiores, aplicándoles las superiores, y sólo podemos conseguirlo de ésta manera. Pero no podemos escapar a la Ley o elevarnos por encima de ella completamente.
El TODO en Todo
La doctrina hermética indica que el TODO es inminente e inherente al Universo, así como en toda parte, partícula, unidad o combinación, dentro del universo. Los maestros suelen ilustrar este postulado, refiriéndose al Principio de Correspondencia. En proporción a la realización que obtenga el hombre de la existencia del Espíritu Subyacente inmanente en su propio ser se elevará en la escala de la vida. Esto es lo que significa el desarrollo espiritual; el reconocimiento, la realización y la manifestación del Espíritu interno. La doctrina hermética concerniente al proceso de la creación mental del Universo es que, al principio del ciclo creador, el TODO, en su aspecto de ser, proyecta su voluntad hacia su aspecto de Devenir y el proceso de la creación comienza. Se dice que este proceso se reduce a una disminución gradual de intensidad vibratoria hasta que se alcanza un grado muy bajo de energía vibrante, en cuyo punto se manifiesta la forma más densa posible de materia. Este proceso se llama involución porque el TODO se envuelve en su creación. Y esto tiene su correspondencia en los procesos mentales de un artista, escritor o inventor, quien se envuelve tanto en su creación mental que olvida casi completamente su propia existencia, pues en esos momentos vive en su creación. Si en vez de la palabra envolverse empleáramos la de «absorberse, quizá se diera una idea más clara del significado que trata de sugerir. Los antiguos herméticos empleaban la palabra meditación para describir el proceso de la creación mental del Universo en la mente del TODO, habiéndose empleado también frecuentemente la palabra contemplación.
El TODO no puede crear de ninguna manera, excepto mentalmente, sin emplear ni materiales, ni reproduciéndose.
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